martes, 20 de septiembre de 2016

RESUMEN DEL CAPÍTULO 12

PARTICIPACIÓN Y RECONOCIMIENTO

En las organizaciones en que la participación es una realidad, cada miembro se siente con el derecho y con la responsabilidad de construir las metas organizacionales y de asegurar su cumplimiento. Participar es ser parte de algo.

Beneficios de la participación
La participación es relevante en las organizaciones porque permite que la información relacionada con los problemas operativos fluya desde la base de la organización hasta los niveles directivos.
Entre los métodos alternativos que suelen emplear las cabezas organizacionales se encuentran los siguientes:
1. Introducir cuñas. Esto es, colocar entre la gente de la base de la organización a una persona que sea de la confianza total del directivo, y sea capaz de transmitirle determinada información sobre los rumores, las opiniones y los malestares que se asemejen entre “los de abajo”.
2. Recompensar el espionaje.  Es decir, localizar una o varias personas entre la gente de la base de la organización que pueden actuar como informadores de gerencia, que le proporcionen informes periódicos a cambio de algunos favores.
3. Desarrollar grupos de choque entre la base. Quienes, además de actuar como informadores, pueden actuar como instrumento de represión.
4. Elaborar contratos colectivos de trabajo de protección: la organización crea un sindicato fantasma que aparentemente representa a los trabajadores de una empresa ante las autoridades.
5. Desarrolla sindicatos blancos, los cuales ante los ojos de sus agremiados aparenta ser los sindicatos que los representan verdaderamente.

Los modelos participativos
Existen ámbitos diferentes en los que es posible permitir o propiciar la participación de los integrantes de una organización. En el primer escalón se encuentra el desempeño propio del trabajo, que es la forma más simple de la participación de cualquier integrante de una organización.
El segundo escalón es el de la información. Poco puede esperarse de una persona que desea actuar dentro de un sistema que desconoce, del cual no tiene los datos sobre los objetivos, los indicadores o los mecanismos internos.
El tercer escalón de participación consiste en abrir un espacio a los miembros de un equipo para tomar las decisiones que competen a su unidad o a su departamento.
 En el cuarto escalón están las empresas autogestivas que permiten a cualquier integrante de las mismas influir en el rumbo global de la compañía.
 La participación en la propiedad de las empresas es el quinto escalón. Los miembros de la empresa o de la institución tienen la opción real de convertirse en los dueños de esta.

Sistemas de reconocimiento a la participación
En los modelos participativos, las mejores recompensas son la oportunidad misma de aportar algo, de sentirse competente y tomado en cuenta, así como de ser aceptado con las diferencias propias de cada persona. Reconocer es reforzar positivamente una buena actitud del personal: ésta es la opinión de Germán Suárez, de 3M DE México.

Un sistema de reconocimiento debe contener en su diseño:
1)    Reglas simples y justas.
2)    Reconocimiento a los equipos más que a la participación individual.
3)    Sistemas rápidos de evaluación de las participaciones.
4)    Retroalimentación de quienes participan con propuestas o sugerencias y un seguimiento a cada una de éstas.
5)    Usar el mismo criterio para definir las estructuras orgánicas, a fin de asegurar que todos los empleados cuenten con las mismas posibilidades.

¿Dónde quedan los líderes en los modelos participativos?

Existen tres estilos de liderazgo que fomentan la participación amplia del equipo.

1. El liderazgo compartido. En el que hay un líder que delega. El líder está claramente identificado y posee todas las prerrogativas del caso.
2. El liderazgo rotativo. Consiste en que no hay un solo miembro del equipo que posea la característica de líder todo el tiempo y en todas las circunstancias.
3. El liderazgo completivo. Tiene como característica que el líder asume una función única y trascendente que cumplir con el equipo.

Barrera para la adopción de los modelos participativos
Otras barreras importantes en la adopción de los modelos participativos (además del temor relacionado con el rol de los líderes formales) pueden deberse a la cultura y al ambiente de la organización, a la forma en que está organizado el trabajo.

Entre los temores que obstaculizan la participación están:
1.    Temor a la pérdida del poder y del control por parte del líder, al suponer que si deja que otros participen de igual manera se propicie una especie de sublevación de los miembros del equipo.
2.    También puede existir el temor a que se desvíe el rumbo o a que se desvirtúen los objetivos organizacionales, bajo el supuesto de que las personas no deseen esforzarse o bien opten por decisiones tan absurdas como trabajar un solo día a la semana, etcétera.
3.    La posible irresponsabilidad de los colaboradores o su falta de preparación, anticipando que tales causas pueden conducir a la organización al desastre.

La cultura y los ambientes organizacionales llegan a ser un obstáculo cuando son incompatibles con los esquemas de la participación.
La organización del trabajo es importante para facilitar la participación. Si faltan los mecanismos de reconocimiento a la participación o si el diseño de los procesos de trabajo fomenta el autoritarismo y el individualismo, poco hay que hacer para favorecer la participación.

Por último, un ambiente laboral donde prevalezca la desconfianza, que sancione el mínimo error y que prohíba, explícita o veladamente, la experimentación o la aceptación de riesgos, no es un clima propicio para la participación. Nadie querrá correr ningún riesgo en estas circunstancias.

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